Jamás nunca en la vida pensé que iba a decir esto, créanme, ni en mis más alucinantes sueños. Por eso, permítanme que lo diga y que mis artículos vivan su momento de gloria efímera: – pido excusas a los cientos de lectores de la columna “Esto no lo lee nadie”, por los errores gramaticales que se publicaron en el anterior articulo y por los que se puedan cometer en próximas publicaciones.- La explicación de esto, mas no la justificación, es que el bloguero dueño de esta vaina virtual, no tiene quien edite mucho menos haga corrección de estilo, por lo que el artículo se publicó como vino al mundo, con sus imperfecciones que más de un acucioso lector encontró y enumero hasta el cansancio. Solo espero que Gloria no haya leído este artículo. Lo cierto es que ahora no solo nos toca escribir el artículo, sino que nos toca hacerle edición y corrección de estilo. Joda. Como si uno tuviera tiempo para estas cosas.
Pero más allá de esto, la semana pasada se conoció una noticia por parte del bloguero, que además de impresionar a mucha gente, creo que causo conmoción. Tanto que termino por descomponer a las rolas impávidas que en las madrugadas sacan a cagar a sus perros con bolsa en mano para recoger su mierda como si fuera un trofeo inédito. La noticia la conocí por un amigo la semana pasada y fue que el bloguero Yebrail lleno el cupo máximo permitido en su Facebook, que son 5.000 personas. Esa fue la sorpresa, pues aparte de la mano de gente que se le agrego al bloguero, pocos sabían que eso tenía un límite. Es decir que hoy el bloguero, se codea con grandes personalidades de los países del mundo, como cantantes, deportistas, políticos, o simplemente personas con bastante popularidad, que ya han llenado su capacidad de cupo de amigos en Facebook. Pero, la conmoción fue más grande, pues muchos se preguntan por la suerte de la mano de gente que todavía anda queriendo agregarse al bloguero y que ya no van a poder pues el cupo se llenó. Es decir, aquí no hay cama pa tanta gente.
Dado el revuelo causado por la noticia, muchos se preguntan también que se va hacer con quienes no pudieron agregarse, no se les puede privar de ese derecho y privilegio, en un estado social de derecho como el nuestro. Alguien me confirmó en estos días que ya se está recogiendo firmas para acudir con el defensor del consumidor para que se inicie una cruzada sin precedentes y se pueda ampliar el cupo en Facebook y puedan así ser admitidos, aunque muchos no sepan ni porque ni para qué, pero hay que hacerlo pues es la tendencia. Si Tal Cual, el muñequito dudoso, no logra esto, deberán entonces los cientos de ciudadano limitarse a vivir limitados y a andar disfrazados de habitantes de este mundo, comunes y corrientes, sin conocer que se despertó diciendo el bloguero.
Y es que para decir la verdad, Yebrail Haddad, dio una sorpresa colosal a toda la gente cuando decidió expandirse y de qué manera, a todas las redes sociales habidas y por haber. El aguerrido abogado estaba atravesando un período de silencio que hasta ayer resultaba inexplicable para muchos, pero entendible para otros. Se sabía que como exalcalde de Ocaña desarrollo una intensa labor en beneficio de su ciudad, y que todavía muchas comunidades lo recuerdan con cierta nostalgia. La misión como alcalde fue cumplida.
Se sabía también, que más tarde, nombrado director del SNBF, regresó al escenario público para internarse en ese campo de batalla de conflictos e intereses, desde donde su nombre estuvo sobresaliendo de manera eventual, más por sus resultados que por otra cosa.
Pero el silencio en las redes sociales seguía igual. Y había, desde luego, razones para resguardar serios temores por aquel silencio perpetuo.
Ahora, sin que nadie lo esperara, ha salido un Yebrail Haddad nuevo, tremendamente desconocido. Un hombre universal, cabalgando por un submundo virtual y peligroso, por donde se han aventurado muchos sin mayor éxito.
La lobreguez del Haddad silencioso se ha desvanecido ante el avance de este otro colosal Yebrail Haddad, que ya se viene perfilando, con una imponente personalidad, con los más altos merecimientos en el camino tortuoso de las redes sociales. La pregunta que nos queda es una sola, cuando saltará Yebrail el político con la misma intensidad a su escenario natural. Como dijo la alborotada cuando compró el colchón: ¡AHORA ES CUANDO!
YOD