Hevert Alfonso Lizcano Quintero: Un cura genial

“Decidí ser Sacerdote porque siempre estuve insatisfecho, mi alma buscaba ser colmada de paz”

Perfil

Este Sacerdote de la Orden de Carmelitas Descalzos de Colombia es un Ocañero hijo de Nohemí Quintero y Luis Alfonso Lizcano. Se describe como  “apasionado por el séptimo arte desde la perspectiva del análisis teológico y la realización de guiones para videos de promoción vocacional”.

Se graduó como Guía Turístico Profesional en el  SENA, e inició  estudios de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, los que no concluyó por cuanto que decidió iniciar su formación en el sacerdocio.

Hevert de 34 años  es  filósofo y Teólogo  de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá y actualmente se desempeña como superior y párroco de la  Parroquia Nuestra Señora del Carmen en la ciudad de Cuenca, Ecuador.

Hevert Lizcano, con una acción de vida contribuye al engrandecimiento de nuestro pueblo.

Hevert Cuenta Con Voz

CCV: Los avances tecnológicos, los países sin fronteras, la facilidad para llevar relaciones sociales y amorosas, cada vez hacen más atractivo el mundo para los jóvenes ¿Qué hizo que usted decidiera ser Sacerdote y además ya teniendo una carrera profesional por delante?

HL: Algunos dicen que los dinosaurios desaparecieron porque tenían mucho cuerpo y poco cerebro, muchos músculos y poca inteligencia. Tal vez nosotros estaremos desarrollándonos de la forma errónea, mucha técnica pero poca alma.  Decidí ser sacerdote porque siempre estuve insatisfecho, mi alma buscaba ser colmada de paz, toda la vida fui un hombre de piedad hacia el sacramento de la Eucaristía, y fue esta piedad la que me ayudó a descubrir el camino sacerdotal, es la eucaristía la que me ha llenado de tantos de vacíos existenciales.

CCV: Uno podría entender su vocación y por tanto que haya podido escogido ser Sacerdote Diocesano o incluso de comunidades un poco más solventes, ¡pero usted decidió ser de los curas más pobres del mundo!  ¿Qué lo impulsó a llevar una vida de Sacerdote en los Carmelitas Descalzos?

HL: El Carmelo Descalzo es una comunidad religiosa que no cuenta  materialmente con un poder adquisitivo ostentoso, pero somos tal vez la comunidad religiosa con el mayor patrimonio espiritual de la iglesia católica, somos muy ricos espiritualmente, y esa riqueza la entregamos a la humanidad, ver tanta riqueza espiritual reflejada en los santos del Carmelo me motivó a pertenecer a esta gloriosa Orden.

CCV: Usted realizó una importante labor pastoral en una parroquia de Cúcuta, ¿Cuéntenos un poco sobre los resultados y logros alcanzados en esa misión?

HL: Cuando me encontraba trabajando en Cúcuta desarrollamos un trabajo pastoral que marcó mi vida en todos los aspectos, con un grupo de amigos de la parroquia que desinteresadamente donaban su tiempo y sus esfuerzos¸ nos entregamos a una comunidad vulnerable de esta ciudad, ahí construimos casas para las familias  más necesitadas, el último proyecto fue la construcción de una casa de oración para dicho sector, pues una de las carencias que todos los hombres y mujeres presentamos es poder escuchar la voz de Dios, de reconocer lo bello y lo verdadero que emana de la fuente del mismo amor.

CCV: Es escritor también,  ¿Sobre qué escribe?

HL: El año pasado en la ciudad de Quito presenté un libro sobre la interpretación de una película llamada Teresa el Cuerpo de Cristo, un film que tuvo mucha controversia y que fue prohibido por la Iglesia Católica por la imagen que ofrecía el cartel publicitario, donde aparecía santa Teresa semi desnuda, sin embargo pude observar en la película un verdadero lugar teológico donde el cuerpo en santa Teresa es signo de una expresión de una convivencia íntima, profunda y encarnada de Dios.

Si Dios lo permite este año presento dos libros, uno sobre las heridas del alma, esos dolores que los médicos no pueden curar, esos momentos difíciles de comprender y que sólo a la luz de Cristo recobran sentido, este libro se titula Toma Mi Herida, y el otro libro es una pequeña novela  que se llama Clara No Te Hagas La Mugre, un homenaje a Ocaña, a todas esas historias que sólo allí se pueden gestar.

CCV: Ahora está en Ecuador, ¿Qué está haciendo por allá?

HL: Desde el año pasado me encuentro en este hermoso país, se me ha pedido el favor de acompañar pastoralmente una parroquia en Cuenca, aquí estoy enriqueciéndome culturalmente pero sobre todo llenándome de la paz y de la tranquilidad que esta ciudad ofrece.

CCV: ¿Usted cree que los jóvenes de Colombia deberían pensar en ser Sacerdotes?

HL: El evangelio de san Juan nos muestra como en la noche va Nicodemo a buscar a Jesús, le busca lleno de miedo, de reticencias y de interrogantes, le busca con los conceptos fabricados que tenía del fariseísmo, le busca porque en definitiva quiere encontrar luz. Va de noche para que nadie le reconozca, para que nadie descubra que el gran maestro de la Torah de Jerusalén busca a Jesús de Nazaret. Es en ese dialogo con Jesús donde queda en evidencia el juicio que se tendrá sobre las obras, si fueron llenas de luz o de oscuridad, y es aquí donde comienza la verdadera conversión de este hombre que tenía prestigio, dignidad y reconocimiento en Jerusalén, pero no tenía claridad de cómo distinguir las obras según la luz. Porque es muy fácil pasar de la luz a la oscuridad y de la oscuridad a la luz.

Sólo le puedo decir a los jóvenes que el único que nos da discernimiento en esta vida es la presencia de Cristo, por tal motivo de la mano de El cualquier vocación estará llena de luz y de grandes obras, si es para ser sacerdotes Dios no perderá una de sus vocaciones, si es para otra vocación El se encargará de guiarnos  y llevarnos al éxito que sólo se logra en la compañía amorosa de Dios.