Una ola de calor que abrazó la India, ha provocado la muerte de más de 1.200 personas, con temperaturas hasta de 50 grados, son noticias que pasan sin la mayor importancia para los grandes medios de la información.
Día a día, cuando no son estragos dejados por las fuertes lluvias como la mas reciente en Salgar, Antioquia, o con los anuncios del Fenómeno del Niño, o los fuertes temblores en muchas partes del planeta, o como la llaman los pueblos indígenas «la madre tierra»; los dueños del poder que en nombre del gran capital gobiernan el mundo; no se ponen de acuerdo para tratar enserio la amenaza más grande que está afectando a la humanidad.
Conferencias van y conferencias vienen, en más de 20 años tratando el tema. Potencias como China y Estados Unidos, principales emisores de gases de efecto invernadero, son los enemigos más grandes para ponerle límite al calentamiento global.
El G7, integrado por los países de Alemania, EE.UU., Reino Unido, Francia , Italia, Canadá y Japón, prometen sumar esfuerzos para que la tierra no sobrepase los 2o centígrados de temperatura y lograr llegar a un pacto en la cumbre climática de París.
Estos países llevan muchos años, hablando, planeando, creando fondos para combatir el calentamiento global, pero cuando el sistema capitalista tiene intereses en que sus industrias no mermen sus ganancias; hasta allí llega la verborrea de nuestros dirigentes mundiales.
Muchos muertos y desgracias han causado los daños hechos a la madre tierra; hay voces de expertos que afirman que en muy poco tiempo los páramos y humedales desaparecerán.
El poema del poeta y dramaturgo alemán, Bertolt Brecht; nos cae como anillo al dedo:
«Primero se llevaron a los negros. Pero no me importó. Por que no era negro.
Un día vinieron y se llevaron a mi vecino que era judío, pero no me importó porque yo no era judío.
Luego se llevaráron a los comunistas, pero a mi no me importó porque yo no lo era.
Después detuvieron a los sindicalistas, pero a mi no me importó, porque yo no soy sindicalista.
Luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó.
Ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde.»
No esperemos que el calentamiento global nos queme el C&€%, porque después de quemado es demasiado tarde.
Por desgracia, un grupo de enfermos mentales disfrazados de guerrillos, se han dado a la tarea de contaminar nuestras quebradas y ríos, cometiendo crímenes atroces contra la población más pobre, donde tampoco importa la flora y la fauna. Estoy seguro que si el Ché Guevara viviera; estos malditos serían fusilados sin ninguna fórmula de juicio o proceso.
Hector Emilio Pacheco
