Lo que era de esperarse cuando en política no impera la dialéctica; sino el chisme, la calumnia, el manoteo, las principales armas de los que quieren seguir manejando a Ocaña bajo las prácticas corruptas, que son las que han imperado en los últimos cuarenta años, y como no tienen discurso ni ideas recurren a ellas.
No nos metamos mentiras, la Alcaldía que preocupa a los dinosaurios que manejan la corrupción en el Norte, es la de Ocaña, que lleguen amigos que quieran darle una mano honesta a la ciudad, preocupa a muchos caciques locales y departamentales y ven en la figura de Rafael García Rondón un peligro eminente que hay que liquidar a toda costa.
Ojalá estos bandidos se queden con sus memes difamando la sexualidad de la personas y no lleguen a utilizar armas mortales, verdad que la única candidatura que asusta a esta clase de pillos es la del partido de la U; con el resto se puede llegar a acuerdos para que tapen lo que se tenga que tapar y la ciudad siga en el laberinto sin salida en el que se encuentra.
Basta repasar la lectura de Matilde Asensi «Trilogía Martín ojo de plata», para saber qué mezcla tenemos los latinos y recordar que en época de la colonia en Ocaña habitó la banda de los Colorados; que atracó, asesinó, violó y sembró la violencia en la Provincia; dejando la herencia maldita de sus descendientes en ciertos hogares de la región que todavía no se ha podido radicar.
Un vez pregunté a un amigo mayor «¿por qué imperaba tanto el chisme, la calumnia y la envidia en cierta población de Ocaña?» y fue corta la respuesta: «Tenemos la herencia de los Colorados». Grave, muy grave denigrar del vecino, ir a misa y seguir denigrando, y después preguntarse: «¿De qué murió el denigrador?, parece que de cáncer o de envidia».
A estos descendientes de los Colorados no les gusta que una figura joven sobresalga y desde que salió de la alcaldía con la ayuda de un senador de la República, le montaran los procesos habidos y por haber, con Procurador abordo, pero todavía no han podido darle muerte política.
Peor aún por habernos destetado de los dirigentes del Norte a los que unos pocos de Ocaña siguen pegados- personajes que solo van cada cuatro años a negociar la compra y venta de votos- produce mayor inquina en estos dirigentes de medio pelo y más aún cuando una figura joven, de buenas costumbres, de un hogar de educadores, sin rabo entre las piernas quiere ORDENAR A OCAÑA.
Vamos por la alcaldía de Ocaña, con las únicas armas de las ideas y los principios, las armas innobles no van estar en nuestra agenda, pongamos a la contienda electoral; altura intelectual, en Rafael y Yebrail van a encontrar intelectualidad, juguemos a eso y a todos nos va bien.
Héctor Emilio Pacheco
Cuando hablas de dialéctica aterrizandolo en la realidad política ocañera que querés decir? Me parece bueno el artículo pero lo malo es q es muy subjetivo.