Llegando a Plutón

El ser humano se pregunta a diario sobre la existencia de la vida extraterrestre, así como también ha sido constante en el sueño de explorar el universo, conocer los planetas y viajar entre las galaxias.

Los conocedores afirman que para poder explorar la galaxia más próxima a la nuestra se requeriría emprender un viaje de 800 años luz, contando con una tecnología que aún no ha sido descubierta, y aunque lo fuera, implicaría que algún ser humano estuviera dispuesto a dormir durante más de ocho siglos y despertar en un mundo totalmente desconocido, del que además no podría regresar jamás.

Algunos han propuesto la posibilidad de transitar entre dimensiones y universos paralelos, acudiendo a la teoría de los agujeros de gusano, lo que permitiría viajar en el tiempo sin sufrir el rigor de la vejez o la muerte. Sin embargo, la ecuación está incompleta, y la única posibilidad de hacerlo se remonta a las múltiples películas de ciencia ficción que alimentan nuestra capacidad para soñar e imaginar la convergencia entre el tiempo y el espacio.

Siendo adolescente vi con emoción las películas de Volver al Futuro, (Back to the Future, por su nombre en inglés) en la que se mostraba una máquina del tiempo y toda una serie de artefactos que usaban tecnología inimaginable. Pues bien, esta película se hizo pensando en que el futuro sería el año 2015, y en su visión futurística, por citar algo, los carros no andaban sobre autopistas de asfalto si no que volaban por corredores de aeronavegación.

Y aunque aún la ciencia está lejos de descubrir los viajes en el tiempo, y los carros todavía no vuelan, a todas luces casi imposible diríamos hoy día, lo cierto es que hay avances muy significativos que no puedo desconocer y que nos siguen llenando de ilusiones, precisamente sobre el futuro.

Pues bien, en este preciso momento el hombre ha llegado a Plutón, no lo hizo de cuerpo presente, claro está, como lo hiciera en la Luna, sino a través de una Sonda Espacial, una especie de mezcla entre robot y satélite que puesto en el espacio por un cohete se dedica a recorrer la galaxia, tomando su energía de la luz del sol y mandando información sobre todo cuerpo celeste que visita, incluyendo imágenes fotográficas y videos que se transmiten a través de las poderosas antenas espaciales que el hombre ha instalado a lo largo de su carrera por la conquista de las estrellas.

En efecto, desde que Plutón fue descubierto en 1930 el ser humano no tenía una imagen clara y precisa del llamado “planeta enano”, hasta que esta semana la nave New Horizons, después de viajar en el espacio por nueve años y medio y recorrer más de 4828 millones de kilómetros, logró lo que no había sido posible ni con el potente telescopio Hubble, al acercarse a unos 12.552 kilómetros de su superficie. Una hazaña sin precedentes para la humanidad, que amerita recordación y júbilo.

Paradójicamente en el año 2005 el científico estadounidense Michael E Brown descubrió que el planeta enano llamado Eris, era igual a Plutón, pero que el primero tenía mayor masa, por lo que desde entonces la comunidad científica anunció al mundo que Plutón no era un planeta sino un objeto celeste. Desde entonces no ha parado la polémica entre quienes sostienen que Plutón es un Planeta y quienes postulan la tesis contraria, la que sin duda se avivará por estos días.

Planeta o no, lo cierto es que la “visita” a Plutón nos pone hoy más cerca de alcanzar el anhelo de surcar el espacio exterior y nos mantiene intacto el sueño por navegar hacia el infinito y más allá.

Concluyo parafraseando a Neil Armstrong: “Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”.

Por, Yebrail Haddad