En las últimas semanas Rafael García Rondón ha recibido toda suerte de ofrecimientos para declinar su candidatura y apoyar a uno que otro de sus contrincantes. Le han ofrecido toda suerte de componendas, las que van desde contratos, cargos burocráticos y dinero en efectivo. Él se ha mantenido firme, fiel a sus principios, leal con sus electores, con su tierra, y consciente de la responsabilidad histórica que tiene.
Como no ha sido posible derrotar el espíritu de Rafa a través de la seducción que encarna la codicia y el poder, han intentado minar su espíritu por medio de la traición y la calumnia. En días pasados habían hecho circular el rumor de que el suscrito había retirado el apoyo a su candidatura e incluso se atrevieron a acuñar un montaje fotográfico que me mostraba participando de otras toldas políticas. A estos actos de juego sucio, impropios de quienes dignamente deben ostentar la silla del palacio municipal de Ocaña, se suman recientes decisiones del régimen local quien sin justificación legal alguna, y dos meses después de instalada, retira forzosamente sus vallas y su publicidad impresa.
Pero él responde con propuestas, sembrando árboles, haciendo labor social y comunitaria, visitando la gente, dialogando con los distintos sectores sociales. Rafa es un ¡tipazo! No conoce la pereza, ni la debilidad de carácter. Su mayor fortaleza es su capacidad de escucha y de entender el sentimiento de sus interlocutores. Sus opositores pasan saliva frente a sus firmes y contundentes posturas, que no dan lugar a titubeos ni contradicciones.
Rafa es un hombre humilde que se le mide a todo a fin de conquistar sus metas, sus sueños y defender sus principios e ideales. Los que lo conocemos lo hemos visto cocinando chocolates para la venta, tocando el acordeón o el Saxo, desarmando y arreglando aparatos, así como realizando majestuosos alegatos jurídicos ante los tribunales y escribiendo sendos discursos a favor de las libertades públicas y los derechos fundamentales. Él es un demócrata y un fervoroso patriota.
Rafael García Rondón no da el brazo a torcer. La tiene clara, se ha preparado para gobernar y su honestidad es a toda prueba. Ya lo ha demostrado. Es el líder capaz de sacar a Ocaña de la oscuridad en la que quedó sumida en estos últimos tres años y diez meses.
Porque creo en él y quiero a Ocaña, mi voto el próximo 25 de octubre es por Rafa, es por Ocaña, es por la dignidad, la honestidad, la prosperidad, el desarrollo social. Es por nuestra gente y por el futuro.
Voto por Rafa, voto por la Ocaña en Orden, la Ocaña Segura.
Por, Yebrail Haddad