Rafael Stevenson García Rondón

“Los colombianos somos muy inteligentes, pero fallamos en algo importante: la disciplina”

Perfil

Rafael, hijo de los profesores Martha Rondón y Rafael García, es un Ocañero de 31 años que se considera “orgulloso de su tierra, autocrítico constante, irreverente y que odia las injusticias”.

Tiene  muy bonitos recuerdos de su etapa escolar y señala que conserva aún muchas buenas amistades desde esas épocas. El pre kínder lo realizó en “Jugar y Aprender”. La primaria la cursó en el Colegio artístico Rafael Contreras Navarro, Institución a la que según él “le debe mucho de la persona que hoy en día es” junto a su familia. Se graduó de bachiller en el Instituto Técnico Industrial de Ocaña, donde profundizó en el dibujo técnico.

Es abogado de la Universidad Externado de Colombia y especialista en Opinión Pública y Marketing Político de la Universidad Javeriana de Bogotá. Se ha desempeñado como abogado litigante, asesor jurídico de la Alcaldía de Ocaña, del Canal Capital y del ICBF. Actualmente se dedica a los temas de comunicación y marketing político.

Rafa, como le dicen sus amigos, se encuentra temporalmente radicado en Malta, donde perfecciona su inglés y desde donde señala que su “mayor logro profesional o satisfacción alcanzada simplemente se convierte en el sentimiento al poder ver la cara de alegría, las bonitas palabras y expresiones  de agradecimiento de personas a las cuales puede colaborar ayudándoles a encontrar una solución a alguna problemática, cuando incluso pensaban que todo estaba perdido”.

Rafael Stevenson García Rondón, con una acción de vida engrandece nuestro pueblo.

Rafael Cuenta Con Voz

CCV: ¿Qué se fue a hacer a Malta y qué experiencia ha vivido en ese país europeo?

RG: Primero que todo, sé que muchas personas no saben que o donde está Malta, me pasó a mí y a mi familia, jajajaja. Malta es una pequeña Isla de la Unión Europea, en la mitad del Mediterráneo, frente a Italia y Libia (país africano) que fue un fortín militar durante siglos de los diferentes imperios de este lado del mundo. El último imperio al que perteneció fue al británico. Aquí llegué queriendo ver la vida desde otro punto de vista, conocer de propia mano muchas cosas y situaciones que ya había escuchado algunas veces de amigos o conocidos. Quería ver a Colombia desde acá. Por último vine a aprender y mejorar una segunda lengua como es el inglés, tan importante en estas décadas y que te ayuda a enterarte de muchas cosas por ser casi universal.

CCV: Desde Europa, ¿Cómo se ve la provincia Colombiana?

RG: En principio lo que siempre se viene a la cabeza es que Colombia es lo peor, incluso lastimosamente es la fama que hemos sabido vender al exterior durante años. Sin embargo, cuando he empezado a  hablar con personas de otros países del resto del mundo, ellos sufren muchos problemas iguales que nosotros o peor y el descontento con la clase política es generalizado a nivel mundial. Desde Sur América, pasando por Rusia, Canadá, España,  Italia, Austria, solamente por nombrar algunos países, las personas se sienten desilusionadas de sus gobernantes y de las situaciones por las que atraviesan. Esto da un poco de ánimo, y saber aún más que la Constitución Política de 1991, ha sido determinante para ello, y que nos dio a los colombianos una gran cantidad de herramientas realmente democráticas, en comparación con otros países, que en ocasiones no hemos sabido aprovechar. Un tema donde nos llevan muchísima ventaja el resto de países es la calidad democrática y cómo los ciudadanos interactúan entre ellos y el Estado. Un ejemplo sencillo es que en nuestro país no hemos aprendido a tolerar a la persona distinta, a la que viste o piensa diferente y cuando esto ocurre de inmediato empezamos a rotularlos con expresiones desobligantes sin ningún argumento sólido, o peor aún, sin argumentos. Otro punto donde estamos bastante abajo es todo lo relacionado con infraestructura, nuestros sistemas de transporte, en todos sus niveles, desde lo local hasta lo internacional son totalmente obsoletos y costosos. Por poner un ejemplo: existen sólo 200 Km de carretera entre Cúcuta, la capital del departamento y Ocaña, la segunda ciudad de mayor importancia y que es la salida al mar de aquella. Por años este trayecto ha tomado más de cuatro horas en sus mejores épocas, ¡esto no debería caber en la cabeza de nadie! O peor aún, un tiquete en bus entre Ocaña y Bogotá cuesta en promedio cien mil pesos y esto no llega ni a costar un tiquete en avión entre Roma y París o entre Londres y Malta. Creo que estos dos ejemplos ilustran bastante sobre lo que quiero expresar. Aquí me he dado cuenta que los colombianos somos muy inteligentes pero fallamos en algo demasiado importante, la disciplina.

CCV: Siendo abogado ¿Por qué decidió especializarse en el Marketing Político y la Opinión Pública?

RG: EL derecho es una carrera muy linda, generalmente a mí me ha llenado de satisfacciones, que como dije en un principio no hay nada mejor que ver y escuchar a una persona contenta por habérsele ayudado sin ningún interés y esto para mi paga cualquier cosa.

Sin embargo, siempre me ha apasionado la política, entendida totalmente de la forma contraria a la que la gente normalmente entiende. La política en palabras sencillas es estar siempre presto a ayudar a la gente, escucharla, tratar de traducir lo que el pueblo piensa y reclama (opinión pública), y buscar la forma de volverlo realidad dentro de unos parámetros éticos y de responsabilidad social. Es así como el Derecho y la Ciencia Política aun siendo diferentes, nunca podrán llegarse a excluir, solo complementarse. Mejor aún, los dos están en este mundo para poder cambiar las cosas a favor de la sociedad nunca en su contra, cuando esto pasa se convierten en algo  totalmente distinto que nunca se podrá llamar ni derecho ni ciencia política.

CCV: Usted ha sido crítico de la injusticia, ¿Cree posible de alcanzar un orden justo y equitativo en Colombia?

RG: Bueno, Justicia y equidad  son dos palabras bastantes complicadas de definir y entender. Pero ante esto soy bastante pesimista para ser sincero. Pueden pasar bastantes años y las cosas no van a cambiar, recalcando que aún no hemos empezado ni siquiera por aceptar el problema.  En Colombia necesitamos invertir en educación de calidad. Por ejemplo cuando la gente empieza a leer a su vez empieza a ver el mundo de forma distinta y por ende a ser más tolerante, incluso cuando descubre nuevos mundos esto se incrementa aún más. Yo generalmente resumo los “mandamientos” de las religiones y  a su vez el respeto con dos premisas que no son mías pero que la gente conoce: 1. “No hagas lo que no te gusta que te hagan” y 2. “Haz lo que te gusta que te hagan” creo que con esos por lo menos cambiarían un gran porcentaje de cosas y sería el inicio del camino para buscar aquellos fines.

CCV: ¿Piensa regresar al País?,  ¿qué va a  hacer a su regreso?

RG: Sí, con seguridad respondo que sí. En ningún instante, por más que esté al otro lado del mundo,  a más de 12.000 km de distancia puedo evitar pensar en Colombia, en ayudar a construir, con lo poco que pueda brindar pero con todas las ganas, un mejor país.

Desde antes de venirme para Europa,  incluso estando acá me han ofrecido algunas opciones de trabajo, unas interesantes otras no tanto, pero con certeza no sé qué será de mi cuando regrese, pero eso no me preocupa, sólo sé que donde vaya a estar sea para marcar la diferencia y ser determinante para mejorar la calidad de vida de la población. No me interesa hacer ni acuñar dinero, tarde o temprano todos vamos a morir y sé con certeza que nada de aquél podré llevarme porque como decía un gran amigo: “hasta el mugre de las uñas te van a quitar cuando te entierren”, entonces sólo queda vivir la vida, llevarse los grandes recuerdos y satisfacciones con uno y dejarles otros a la personas que aún quedan.