En un simulacro para las pruebas Saber 11 de un colegio al norte de Bogotá, compararon a los dirigentes del país con “roedores”. Los jóvenes sometidos a dicho examen, toparon entre otras con la siguiente pregunta: “las ratas políticas son peores que las ratas porque” …y entre las opciones para contestar aparecía: » lo que les importa es comer, darse banquetes y despilfarrar el erario de nuestra nación». No es una verdad a medias, cierta, muy cierta.
Desde que se perdió la militancia y la ideología, base fundamental de los partidos políticos, el mundo de la política se convirtió en un nido de ratas y es lo que se puede palpar al inicio de la contienda electoral que se avecina, para elegir alcaldes, gobernadores, concejales y diputados y en algunas capitales ediles.
Las maquinarias o los mal llamados partidos políticos, echaron a andar ya sus carretas con sus tulas de dineros para cuatro meses de campaña, comprando conciencias a la lata, a lo que llamamos democracia, ó gobierno del pueblo.
Hoy en cada cafetín municipal están a manteles los más astutos de la politiquería, unos candidatos con la tula, buscando presuntos líderes que lleguen a fortalecer su débil movimiento político; no hay ideas ni principios, solo billete de por medio para lograr su fin. ¿Cuál puede ser la conclusión si el candidato llega al poder?
Grave muy grave que un corrupto llegue a gobernar, cuando a su disposición van haber recursos municipales, departamentales y nacionales; hay que saber de finanza, gobernar lo mejor posible para cumplir con el sueño de sus electores. En manos de un corrupto, sin preparación alguna, como ordenador del presupuesto municipal y otras partidas, solo nos queda pedir que Dios nos salve!
Muchos nos preguntamos que debemos hacer para combatir el mal más grande que carcome nuestra sociedad, muchos se vuelven apolíticos, los que creemos que hay gente honesta en la política, cumplimos con el deber patriótico de votar, sin que se den los cambios necesarios que espera la gran mayoría.
Las grandes mafias siguen detrás de los presupuestos de la salud y regalías, alumbrado público y otras arandelas que recibe los municipios; como será de buen negocio para estas mafias, que hoy en más de 500 municipios, hay trasteo de votantes, candidatos recogiendo firmas, repartiendo mercados, negociando con la miseria humana la compraventa de votos, sin que los Entes de Control, tomen medias contra estas prácticas corrupta que afecta el sistema electoral.
Ahora bien, si se logra llevar una persona honesta a cualquier cargo de elección popular, lo primero que pierde si gana, es su honesta virginidad, sentarse con contratistas, periodistas y otros malandrines corruptos, es una partida de ajedrez difícil de ganar.
Caer en desgracia, entre estos hampones, es lo peor que le puede suceder a cualquier gobernante, de allí que toda persona honesta y preparada le saque el c&/o a cualquier cargo de elección popular.
Un futuro incierto nos espera sino se cambian los métodos de hacer política y se sacan las mafias del poder.
Viva Colombia ahora que ya no nos exigen visa para ir Europa y salir por 90 días de Locombia,es un paseo del p…
Héctor Emilio Pacheco
Los finos hilos de la corrupción que movían el poder político y económico en Colombia hay son gruesos lazos convertidos en poderosos tentáculos que lo tomaron todo, la política, la economía, la justicia, la tierra, las empresas, el sector privado, las riquezas naturales, la salud, la educación y la vida misma solo nos queda la honradez y la dignidad, si permitimos que se queden con ellas, lo habremos perdido todo. Adelante Héctor y Yebrail vamos con dignidad a luchar por nuestros sueños.