Ese miércoles llegué al trabajo contenta por un milagrito que se me dio. Después de los buenos días, vino el -¿Si supo? -No, ¿Qué?-Un camión cisterna cayó al río Algodonal y regó petróleo. Dicen que nos van a quitar el agua. Pensé que era una de esas noticias que sólo sirven para iniciar una conversación.
A mediodía, ya los rumores decían que la cosa era grave, que la contaminación con crudo era de unos 5 mil galones y que no tendríamos agua por 15 días. En la noche, ya llevábamos 10 horas sin agua potable. Se declaró Emergencia Ambiental. Se suspendieron las clases en los colegios.
Día 2: Tengo tanque de reserva y como sólo somos dos, pues no había problema. Este día se fue en las noticias de los 3 heridos del accidente, de la cisterna que al fin pudieron sacar del río y de todos los organismos que trataban de contener la mancha de crudo que flotaba por el río. La bocatoma de dónde sacan el agua para consumo nuestro esta a 10 km del accidente así que, todavía había esperanza.
Día 3: Es viernes. Me ofrecen pasteles de arroz y pollo. Le pregunto a la vendedora que de dónde sacó agua para hacerlos, en realidad quiero preguntar que si se lavó las manos. Me dice que está sola y que tiene un tanque de mil litros. Así están las cosas. Unos tienen mil litros, otros menos, (como yo) y el otro 70% no tiene nada de agua.
Mi tanque aún no me falla pero mi compañera de trabajo vive en una casa con 5 personas más y ya no tienen gota de agua. Su esposo tiene una moto carga, así que madrugaron al río Tejo, donde no está podrido con aguas negras, se bañaron y trajeron agua en potes para el resto de la familia. En la radio la gente llama a pedir que de por Dios, les lleven agua, pero está contaminada y no la pueden repartir. La bolsa de agua en las tiendas vale mil pesos. La caneca a $3.500, la cántara $80.000. Nos acostamos con la imagen de un río negro y muchos voluntarios haciendo barricadas para atajar ese manto de desolación.
Día 4: Compré platos desechables. El chorro de agua del tanque se acerca peligrosamente a la pared. No puedo lavarme el pelo. Me enjabono en seco y me enjuago encima de una ponchera para usar esa agua en el inodoro. Cero aseo de la casa, cero lavada de ropa. Al desayuno mi hijo usa un cuchillo para partir la lasaña que quedó de la comida. Le grito que no sea irresponsable, desmedido, inconsciente, que agua no hay, que toca ahorrar; me contesta que estoy insoportable, que soy un monstruo, que jamás va a tener hijos para no tratarlos así y se encierra en su cuarto. Es sábado y la falta de agua me está desequilibrando.
Al caer la tarde, por fin empiezan a repartir agua. Colas interminables en los barrios…
Día 5: Me despierta el ruido de un chorro de agua cayendo… Soñaba. Son las 5 y 15 am.. Los pájaros trinan en mi ventana y me pregunto dónde estarán tomando agua. Reviso la red para ver si hay información. Fotos de camiones repartiendo agua en la noche. Videos de gente aglomerada con ollas en mano, peleas por las filas, quejas porque a unos barrios no fueron, gente cargando pimpinas de agua, imágenes de acumulación de platos sucios, piletas vacías, quejas, desespero y más quejas… A mi barrio no llegan los carro tanques con agua. Tampoco los pedimos, somos pobres vergonzantes… De esos que no tienen y les toca aparentar.
Día 6: Lunes. No hay agua en el tanque. Me ‘baño’ con agua embotellada. José no tiene clases hoy tampoco. Hago emparedados con leche. Las ollas sucias se acumulan en el lavaplatos, el inodoro está asqueroso y la ropa está sin lavar. Prendo la radio y… !sorpresa! dicen que anoche soltaron el agua. Que ya va a haber servicio normal. Yo no tengo gota de agua pero siento como si me cayera un chorro encima. Me siento libre, fresca… Con un gran suspiro de alivio alzó mis ojos al cielo. Está negro, las nubes a punto de reventar. El locutor dice que si llueve vuelven a quitar el agua porque el río se enturbia de nuevo…
Maha Macdalena
Ocaña, no esta preparada ni alargo ni a corto plazo para enfrentar la crisis ambiental en todos sus componentes ambientales, especialmente el liquido vital del agua que la necesitamos en cantidad y calidad para la vida y desarrollo de nuestro pueblo.
atte JOSE DAVID